Apasionada, sofisticada y empeñada en disfrutar de la vida, España es a la vez un estereotipo hecho realidad y un país más diverso de lo que uno pueda imaginar.
Sus paisajes estimulan el espíritu, desde los escarpados Pirineos y los bellos y agrestes acantilados del noroeste atlántico, hasta las sugerentes calas mediterráneas, mientras su asombrosa arquitectura parece abarcar todas las épocas en cada esquina. Las ciudades se mueven a un ritmo cautivador, lanzándose de lleno en el s. XXI al tiempo que bellos pueblos atemporales perpetúan la España eterna.
Además, cuenta con uno de los panoramas gastronómicos más célebres y variados de Europa. Pero, sobre todo, España vive el presente, algo palpable en calles abarrotadas de madrugada cuando todo el mundo parece haber salido a divertirse, o cuando un cantaor flamenco remueve algo profundo en el alma, o en una desenfrenada fiesta, o por la tarde, en una siesta. No importa cuándo, el viajero deberá reconocer que España es así.